Dicen que de las cuatro familias de los intrumentos musicales, (la percusión, los vientos madera, los vientos metales y las cuerdas) la percusión es la más fácil de tocar. Para muchos sólo hace falta golpear o agitar los instrumentos para que produzcan sonido.
Según parece, no hace falta talento y dedicación. ¿Qué podría ser más simple que tocar un instrumento con tan sólo pegarle? Bueno, esto va más allá. La verdad es que para ser un buen percusionista se requiere talento, esfuerzo y mucha disciplina para dedicarle el tiempo necesario al aprendizaje y a la perfección de la técnica.
A diferencia del resto de los músicos instrumentalistas, el percusionista tiene la responsabilidad de aprender y desarrollar la habilidad de tocar múltiples instrumentos. Algunos de esos instrumentos son de sonido definido, osea, instrumentos que producen tonos o notas específicas. Otros de sonido indefinido los cuales son instrumentos que aunque producen sonidos particulares, no crean tonos o notas tales como "Do", "Re" o "Mi". Cada uno de los instrumentos de percusión presentan diferentes retos técnicos en su aprendizaje.
Mientras el violinista, el flautista o el trompetista dedican su tiempo de práctica a un sólo instrumento, el percusionista tiene que dividir su tiempo disponible al desarrollo de la técnica de muchos instrumentos. Los instrumentos de percusión se tocan con baquetas, malletes, los pies y con los dedos de las manos.
Hay técnicas que requieren movimientos pequeños en los músculos, mientras que otras requieren el movimiento independiente de dos, tres o cuatro extremidades del cuerpo al mismo tiempo. Para añadir a la lista, un persucionista que toca música clásica como popular, tiene que aprender a tocar instrumentos diferentes, con técnicas distintas para usarlas correctamente de acuerdo con la música que ejecuta. Ahora no parece tan simple, ¿Verdad?.
Hay más de 4.000 instrumentos de percusión conocidos y lo mejor de todo es que con un poco de ingenio seguirán aumentando.
