Una carretera infernal tiene sus propias trampas, peligros e imprevistos que pueden convertir un paseo dominical, en un auténtica pesadilla.
Conducir por aquí desfía incluso a la lógica, este camino esta considerado como uno de los más peligrosos. Es la carretera de las Yungas en Bolivia. Es el único camino para llegar a la aldea de las Yungas, lo que no deja otra alternativa a los viajeros que la recorren cada día, que arriesgar sus vidas. Es un viaje por un terreno duro, con curvas cerradas y precipicios bastantes altos. Tener el volante bajo un espacio
que apenas mide 4 metros y medio de ancho es cómo caminar en una cuerda floja amarrada a gran altitud.
Es un viaje de 3 horas y 80 km de extensión, el recorrido cuenta con una altura de 3.6000 metros sobre el nivel del mar, y llega hasta los 4.6000. Un reto terrible para los nervios.
Su peligro no solo radica en el nivel de elevación en la cual se encuentra el riesgo de caída, sino en lo angosto que se torna la vía en algunos tramos de ella, llegando a medir aveces tan solo 3 metros de ancho.
Con uno de los balances de víctimas en carreteras mas altas del mundo, el peor accidente registrado allí ocurrió en 1983, cuando un bus viajero se despeñó y en el que, según el Ministerio de obras públicas, servicios y vivienda. Murieron alrededor de 100 personas, solo en aquel accidente. Cabe resaltar que en promedio, esta carretera tiene 90 muertes anuales.
y como si la carretera en sí no fuera ya exigente, las condiciones climáticas son impredecibles. Con constante lluvia y una densa niebla.
La carretera de la muerte es otro de los lugares de nuestro planeta que acumula al año historias y vidas humanas. Las cuales aumentan los índices de víctimas mortales.
